
¡La viticultura del futuro ya ha llegado a nuestra Bodega! En Emilio Moro apostamos por I+D+i –labor que desarrollamos conjuntamente con otras entidades y universidades de prestigio– y por explotar el potencial de las nuevas tecnologías para conseguir una mejora en la calidad de nuestros vinos y una mayor rentabilidad. Una estrategia que ya ha dado como fruto importantes avances en el campo de la viticultura, como el desarrollo de levaduras autóctonas para aportar complejidad y singularidad a los vinos. Ahora, hemos dado un nuevo paso hacia la transformación digital y la optimización de procesos en los viñedos.
El pasado año, fruto de un convenio firmado con Telefónica, incorporamos el software VisualNacert, uno de los geolocalizadores de parcelas más evolucionados del mercado. Un equipo de especialistas en el manejo de drones, tras delimitar el perímetro del terreno, tomó una serie de grabaciones aéreas de los viñedos, con las que se consiguió una precisa radiografía de la zona.
El análisis de las imágenes aportadas por estas pequeñas aeronaves nos ha permitido realizar una interpretación agronómica de los datos y un diagnóstico pormenorizado del estado nutricional de cada planta (el índice de estrés hídrico, la necesidad de abono o de poda de cada sector, etc.). Gracias a esta información, que se recibe en una ‘app’ que puede descargarse y consultarse en cualquier dispositivo móvil, en Emilio Moro podemos adoptar medidas concretas para alcanzar los valores de calidad exigidos.
ABONO «A LA CARTA» GUIADO POR DRONES
Esta evolución hacia la gestión inteligente de nuestros viñedos entra ahora en una nueva etapa. La información obtenida por el dron se carga en la máquina, previamente geoposicionada, para que haga un abonado «a la carta» de la planta, es decir, que aporte a cada cepa la cantidad y tipología de nutrientes que necesite. Este sistema pretende obtener el máximo potencial productivo de la vid mediante la optimización del abono, una fase crítica en su cuidado.
Según explica nuestro compañero Vicente Abete, responsable de Viticultura, «la información que recaban los drones nos permite saber dónde están aquellas cepas que nos dan una calidad inferior, para poder actuar sobre ellas y mejorar la calidad de la uva. Esa información se la transmitimos a la persona que va a ir a trabajar a la viña, quien aplicará los tratamientos adecuados al estado nutricional de la planta. La producción se ve mejorada cualitativa y cuantitativamente de una manera clara».
En estas jornadas de abono han colaborado con nosotros las empresas Aguirre Agrícola y Urbón (fabricante y distribuidora de maquinaria agrícola, respectivamente), SmartRural (especializada en el empleo de drones en agricultura inteligente) y Topcon Positioning (proveedora de soluciones de precisión en topografía, como GPS).
DRONES, NUEVOS ALIADOS DE LA AGRICULTURA
En pocos años, los drones –término que procede del inglés, idioma en el que significa ‘zángano’– han excedido su uso recreativo inicial para erigirse en una importante herramienta de trabajo, con aplicaciones en múltiples sectores, como el forestal o el agrícola. El control del estado de los viñedos es uno de los ejemplos de esta revolucionaria agricultura de precisión, que consigue que el propietario conozca sus fincas de una manera más precisa y en profundidad, optimice sus procesos y, por tanto, reduzca sus costes, aumente la producción e incremente la rentabilidad de su cultivo.