La Fundación Emilio Moro inicia la segunda fase del proyecto Agua Segura con el que busca mejorar la salud infantil garantizando el agua potable y fomentando su consumo en las escuelas de Chiapas y Oaxaca, dos de las localidades más afectadas por el terremoto que asoló el país el pasado mes de septiembre y con mayores problemas de acceso al agua entubada.
Se calcula que en México existen alrededor de 22 millones de personas sin acceso al agua potable siendo Chiapas y Oaxaca dos de los estados con mayores carestías en este sentido. Un problema que afecta a la salud pública y se ha visto amplificado por las consecuencias del terremoto que asoló el país el pasado mes de septiembre. Es por esto que la Fundación Emilio Moro ha querido dar continuidad al proyecto Agua Segura, un programa dirigido a las escuelas del medio rural que busca no solo incidir en el reparto justo del agua sino también fomentar su consumo entre la población infantil más necesitada.
Además de garantizar el acceso al agua potable incluso a aquellas escuelas que no cuentan con agua entubada, el programa tiene un importante componente pedagógico y participativo ya que busca fomentar hábitos y prácticas saludables en torno al consumo de agua ayudando con ello a disminuir la ingesta de bebidas altamente azucaradas y reducir enfermedades como la obesidad, la diabetes o los trastornos gastrointestinales especialmente entre la población infantil mexicana.