Bodegas Emilio Moro celebra el centenario de su viñedo más emblemático: Pago de Valderramiro


  • Bajo el lema Viajar al pasado para descubrir nuestro futuro, la bodega celebra este centenario honrando su legado y reafirmando su compromiso con la excelencia
  • Miembros de la familia Moro y figuras clave del sector se reúnen en un vídeo conmemorativo que pone en valor la trascendencia de contar con un viñedo centenario 

Bodegas Emilio Moro, bodega familiar con más de 100 años de historia vitivinícola, conmemora un hito histórico en su trayectoria: el centenario de Pago de Valderramiro, un viñedo que simboliza la esencia de la Ribera del Duero y de la bodega. Este viñedo, plantado en 1924, es el origen de Malleolus de Valderramiro, uno de los vinos más reconocidos de la bodega, y un testimonio vivo de la tradición vitivinícola de la región.

Bajo el lema Viajar al pasado para descubrir nuestro futuro, la bodega celebra este aniversario honrando su legado y reafirmando su compromiso con la excelencia. Pago de Valderramiro es mucho más que un viñedo, es el alma de la familia Moro y un símbolo de la dedicación y el saber hacer que han definido su trayectoria durante las cuatro generaciones que la forman.

100 años de raíces profundas y un futuro brillante

Para celebrar este momento único, la bodega ha reunido a figuras clave del sector y de la familia en un vídeo conmemorativo que pone en valor la trascendencia de contar con un viñedo centenario e invita a reflexionar sobre la importancia de preservar estos viñedos históricos.

 

Los miembros de la familia reflejan el vínculo emocional con el viñedo y lo que ha significado en la historia de Bodegas Emilio Moro. «Pago de Valderramiro es nuestra conexión con el pasado, nuestra inspiración en el presente y la base de un futuro lleno de posibilidades”, afirma Javier Moro, miembro de la tercera generación y presidente de Bodegas Emilio Moro.

Todos los miembros de la familia Moro coinciden en que Valderramiro es el origen, las raíces y la esencia de lo que son. “Valderramiro es el testigo silencioso de la historia familiar, de esos 100 años”, apunta Héctor Medina Moro, miembro de la cuarta generación y director de Marketing de la bodega. Hablan con respecto, admiración y cariño de un viñedo que plantó Emilio Moro, de la primera generación y que, gracias al cuidado y al esmero con el que lo han tratado, continúa dando frutos y “es un ejemplo de resiliencia, de fortaleza y de dar lo mejor de sí mismo, habiendo pasado ya 100 años”, apunta Alberto Medina Moro, miembro de la cuarta generación y director Comercial de América.

Por su parte, entre las personalidades del sector participan el presidente de la D.O. Ribera del Duero, Enrique Pascual; el presidente de la Ruta del Vino, Miguel Ángel Gayubo; el director general de la Federación Española del Vino -FEV-, José Luis Benítez; o el director técnico de Bodegas Emilio Moro, Álvaro Maestro, entre otros, subrayan el papel de estos viñedos en la consolidación de una identidad vitivinícola única. “Conservar ese viñedo con la personalidad original es uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos”, indica Maestro.

Pago de Valderramiro: un viñedo cuyas cepas siguen escribiendo la historia de la Ribera del Duero

Este viñedo, con cepas centenarias, suelos arcillosos y un clima excepcional, produce uvas de calidad extraordinaria que han dado vida a un vino emblemático: Malleolus de Valderramiro. Su fruto es la base de Malleolus de Valderramiro, un vino que ha conquistado a los críticos más exigentes y que continúa siendo un símbolo de la tradición y el saber hacer de la bodega.

Contar con un viñedo centenario es un auténtico privilegio y una señal de respeto a la tradición. Para Miguel Ángel Gayubo “las raíces es de dónde venimos y nos las tenemos que olvidar y cuando uno pierde su historia la realidad”. Con quien está de acuerdo el periodista de El Norte de Castilla, Agapito Ojosnegros, natural de Peñafiel y arraigado a la Ribera desde siempre, “es un gesto de amor por parte de esas familias, de varias generaciones que no solamente heredaron las cepas, sino que también heredaron el apego a la tierra y la pasión por la viticultura”, señala.

Con este hito, Bodegas Emilio Moro realiza un viaje al pasado para darle la relevancia que merece a sus orígenes, poniendo en valor su historia y su tradición y descubriendo que, apoyándose en esos pilares, descubrirá el futuro que está por llegar. «Conservar y valorar viñedos centenarios es un compromiso con la excelencia y una oportunidad para seguir posicionando a España como líder mundial en la calidad de sus vinos”, apunta José Luis Benítez.

Malleolus de Valderramiro 2024, un vino que conmemorará el centenario

Todas las vendimias son especiales y el momento más importante para una bodega, pero la de este 2024 lo será especialmente porque con toda la uva procedente de Pago de Valderramiro se destinará a la producción de una edición especial de Malleolus de Valderramiro que conmemorará el centenario de viñedo y no verá la luz en el mercado hasta, al menos, dentro de cuatro años.

Pago de Valderramiro: ‘Viajar al pasado para descubrir nuestro futuro’

100 años de historia, tradición y excelencia. Este centenario no solo celebra el pasado, sino que marca el inicio de un futuro prometedor, “hemos iniciado un proyecto de prospección genética para ver lo que tenemos y, en la medida de lo posible, recuperarlo con la misma esencia”, desvela Álvaro Maestro, dejando claro que la bodega continuará trabajando para preservar el legado de este viñedo y seguir produciendo vinos excepcionales que cautivan al mundo.

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